¿Qué efectos tienen los hongos del suelo en tu cultivo?  


trichoderma spp.

Con una diversidad asombrosa, los hongos de suelo están ampliamente distribuidos en todo tipo de suelos. De hecho, en algunos casos, representan hasta el 50% de la población microbiana total. 

Estos microorganismos desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas terrestres, ya que participan en procesos biogeoquímicos clave y establecen asociaciones simbióticas con las plantas.  

La asociación entre las raíces de las plantas y los hongos se remonta a millones de años, cuando las plantas evolucionaron de los ambientes pantanosos. Para conseguir la colonización del suelo, fue necesario establecer una simbiosis planta-microorganismo, siendo los hongos los protagonistas de esta unión. Los hongos se unen a las plantas por su sistema radicular, actuando sus hifas como extensiones naturales de las raíces de las plantas. A cambio, las plantas proveen alimento a los hongos en forma de azúcares, ácidos orgánicos, aminoácidos y otras sustancias nutritivas. 

Los hongos del suelo, claves en agricultura ecológica

En agricultura, los hongos del suelo ofrecen beneficios realmente significativos. De entre ellos destacan las trichodermas y los hongos micorrízicos.  

Las trichodermas spp. y su diálogo con las plantas 

Ampliamente utilizados a nivel mundial, se adaptan a una amplia variedad de condiciones ambientales y obtienen su energía a partir de la materia orgánica en descomposición.  

Poseen un rápido crecimiento y pueden proliferar en una amplia gama de suelos. Colonizan las raíces de las plantas, no penetrando dentro de ellas, por lo tanto, no dependen de las raíces de las plantas, aunque sí de otros hongos que se encuentren presentes en la rizosfera. Son oportunistas, generando relaciones con las raíces de las plantas para obtener un beneficio propio a cambio de devolver un efecto positivo a la planta. 

Las trichodermas spp. aportan una gran variedad de beneficios sobre las plantas, como el Priming o control biológico indirecto, ofreciendo una defensa sistémica frente a enfermedades, plagas y estreses abióticos. Actúan como bioestimulantes, promoviendo el crecimiento y desarrollo de raíces, y también como agentes de control biológico directo contra diversos hongos patógenos, donde ejercen micoparasitismo, antibiosis y competición por nutrientes y espacio físico, protegiendo así a la planta del ataque de hongos patógenos. 

Los hongos micorrízicos y su relación simbiótica más antigua de la tierra  

Estos hongos micorrízicos forman asociaciones de mutuo beneficio con las raíces de las plantas, aumentando la absorción de agua y nutrientes por parte de las plantas, mientras que el hongo recibe compuestos carbonados producto de la fotosíntesis de la planta. La simbiosis entre hongos y plantas, establecida hace aproximadamente 400 millones de años según estudios científicos, conduce a la creación de un “supraorganismo” donde tanto el hongo como la planta ceden parte de su identidad individual para funcionar en conjunto. Las micorrizas arbusculares son las más abundantes, formando aproximadamente el 95% de las especies vegetales. Esta asociación simbiótica confiere múltiples beneficios para la planta, como el aumento de la superficie de exploración y captación en el suelo, mayor eficiencia en la absorción de nutrientes menos asimilables, incremento del rendimiento de la cosecha y aumento de la resistencia a patógenos. 

micorrizas

¿Cómo implementar estrategias a partir de estos hongos para una agricultura eficiente y sostenible? 

En el contexto de la agricultura actual que requiere de estrategias para reducir la necesidad de agua, fertilizantes y fitosanitarios, los hongos del suelo ofrecen soluciones innovadoras para mejorar la productividad y la resiliencia de los sistemas agrícolas. Su capacidad para promover la salud del suelo, reducir la dependencia de agroquímicos y mejorar la eficiencia de la absorción de nutrientes representa una oportunidad clave para avanzar hacia prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. 

En este sentido, es crucial considerar la importancia de los hongos del suelo en los ecosistemas terrestres y su relevancia para mejorar la agricultura moderna. Integrar estrategias que promuevan su presencia y actividad en el suelo ofrece oportunidades significativas para desarrollar un futuro agrícola más sostenible, eficiente y respetuoso con el medio ambiente.