Los fitorreguladores o PGR (Plant growth regulators) son sustancias a base de hormonas vegetales (fitohormonas) con capacidad para regular o modificar, los procesos fisiológicos de las plantas, afectando a su desarrollo, a su crecimiento, o a su maduración entre otros aspectos.
La historia de los fitorreguladores de las plantas se remonta a los tiempos antes de Cristo, cuando era una práctica común en el Medio Oriente colocar una gota de aceite de oliva en los higos para favorecer su desarrollo. Es ahora cuando se sabe que el calor y el tiempo causaron la descomposición del aceite, liberando etileno, que a su vez afectó a la maduración del higo.
Ya en el siglo XIX, los estudios realizados por Julius Von Sachs y Charles Darwin demostraron que varios procesos del crecimiento de las plantas estaban regulados por sustancias que se transportaban de una parte de la planta a otra.
En el año 1893 cuando un carpintero que trabajaba en un invernadero en las Azores prendió fuego accidentalmente a unas virutas de madera. Sorprendentemente las plantas en vez de dañarse florecieron antes. Posteriormente en las décadas de 1930, se descubrió que el humo generado por combustión era la causa de la aceleración de la floración en y que los componentes activos eran los gases no saturados como el etileno. A partir de entonces pronto se utilizó gas acetileno comercialmente en Hawái para forzar el inicio de la floración.
De origen natural, o sintético, todas ellas tienen un punto en común, son pequeñas moléculas químicas que, a concentraciones y dosis muy bajas, tienen la capacidad de aportar grandes beneficios al funcionamiento normal del cultivo. Es este hecho en el que radica el gran antagonismo de estas sustancias. Por un lado, su gran potencial, con un buen manejo; y por el otro, el riesgo que supone hacer un mal uso de estas, pudiendo causar efectos no deseados en el cultivo.
Diferentes tipos de fitorreguladores
Dentro de los fitorreguladores podemos diferenciar 5 tipos de fitohormonas: auxinas, citoquininas, giberelinas, etileno y ácido abscísico.
Las auxinas
Las auxinas son hormonas de crecimiento de plantas, debido a su capacidad de estimular el crecimiento diferencial en respuesta a estímulos de luz. Son las fitohormonas que juegan el rol más importante en el desarrollo de las plantas. Regulan la división y expansión celular, diferenciación vascular, desarrollo de raíz lateral y dominancia apical. Inducen el desarrollo de brotes, flores y frutos auxiliares
A nivel práctico, las auxinas, empleadas como fitorreguladores presentan usos de gran importancia como el engorde de frutos o como inhibidores de la caída. Entre las más importantes se encuentran el 2,4D, Triclopir, ANA o el MCPA.
Esta clase de fitohormonas, empleadas a mayor concentración, y a mayor dosis, son comúnmente empleadas también como herbicidas.
Las citoquininas
Las citoquininas son derivados de adenina identificados por su capacidad de promover la citoquinesis. Se sintetizan principalmente en las raíces. Sintetiza también en los meristemas aéreos y en las hojas jóvenes. Las citoquininas activan directamente el proceso de división celular y pueden interactuar con las auxinas. Promueven el crecimiento lateral de los brotes y la expansión de las hojas. Retrasan la senescencia de la hoja, promueven la síntesis de clorofila.
En agricultura podemos utilizar estas hormonas para estimular la formación de yemas laterales y el crecimiento de tubérculos, aumentar el calibre, o la cantidad y la calidad de los frutos. La principal citoquinina empleada en agricultura es la 6-benziladenina.
Las giberelinas
Las giberelinas son compuestos diterpenoides que promueven la germinación, alargamiento del tallo y la inducción de la floración, entre otras funciones.
En agricultura tienen múltiples usos, ya que se utilizan en para inducir la floración, aumento del cuajado, mejora de la piel, adelanto de la maduración etc. Representadas, principalmente, por el ácido giberélico (GA3) son las fitohormonas más versátiles y con mayor cantidad de uso práctico.
El etileno
El gas etileno promueve el desarrollo de raíces y brotes y regula la maduración de la fruta, senescencia, respuestas a patógenos y al estrés abiótico.
En agricultura se utilizan para promover la maduración o el color de diferentes frutas, tanto climatéricas como no climatéricas.
El ácido abscísico
El ácido abscísico (ABA) promueve la latencia de la semilla y participa en procesos del desarrollo y crecimiento así como en la respuesta adaptativa a estrés tanto de tipo biótico como abiótico.
En agricultura se utiliza para promover la coloración y pigmentación de las frutas.
En conclusión, las hormonas vegetales son moléculas con un potencial de desarrollo enorme dentro de la agricultura del futuro, ya que se trata de pequeñas moléculas, de bajo impacto ambiental que, utilizadas bajo un manejo correcto, tienen capacidad de aportar grandes beneficios a nuestras producciones. Es tarea de las empresas, investigar, desarrollar y transmitir de forma rigurosa todo el rendimiento que podemos obtener de ellas.