Microbiota: Los microorganismos que cuidan de ti


microbiota

La microbiota humana es el conjunto de microorganismos que vive en simbiosis con nuestro cuerpo. Este conjunto se encuentra en diversas partes de nuestro cuerpo, conformando diversas microbiotas individuales, como en la piel, la boca, el tracto vaginal y, por supuesto, el intestino. En este blog, nos centraremos en la microbiota intestinal, a menudo considerada como un órgano por derecho propio debido a su importancia y complejidad.

Funciones de la microbiota

  • Ayuda en la digestión: Juega un papel crucial en la digestión al descomponer alimentos, absorber nutrientes, procesar sustancias beneficiosas como polifenoles, y regular los ácidos biliares.
  • Producción de vitaminas: produce vitamina K, esencial para la coagulación sanguínea y la salud ósea, así como vitaminas del grupo B, cubriendo alrededor de una cuarta parte de nuestras necesidades diarias de estas vitaminas.
  • Estimula y promueve el desarrollo del sistema inmune: Es clave en protegernos contra patógenos, fortaleciendo barreras como la capa de moco intestinal, produciendo sustancias antimicrobianas, y estimulando nuestro sistema inmunitario para ayudarnos frente a infecciones.
  • Comunicación con todo el organismo: Es clave en la comunicación entre el intestino y el cerebro, y también influye en otros órganos, como el hígado, riñones, corazón, y hasta los ojos, mostrando su importancia en múltiples aspectos de la salud.
Microbiota

Equilibrio y desequilibrio de la microbiota

Para mantener una salud óptima, es crucial que la microbiota esté en equilibrio. Cuando este equilibrio se altera, se dice que se genera una disbiosis, o desequilibrio de la microbiota. Esta alteración de la homeostasis se traduce en un desequilibrio en la composición y la abundancia de las diferentes comunidades comensales bacterianas, en comparación con las presentes en individuos sanos, causando:

  • Una disminución en la diversidad de la microbiota
  • Un aumento de las bacterias con potencial patógeno y disminución de aquellas con potencial beneficioso
  • Una alteración en la actividad metabólica

Además, la disbiosis se asocia a un incremento de la permeabilidad intestinal, lo que contribuye al aumento de la inflamación sistémica y al desarrollo de distintas patologías.

Existen una serie de factores que influyen en la composición de la microbiota y su equilibrio/ desequilibrio, entre estos se ecuentran:

  • Tipo de alimentación (alta en proteína de origen animal, baja en fruta y verdura), estilo de vida y ejercicio físico del huesped
  • Toma de fármacos, tanto los puntuales, como podría ser un tratamiento con antibiótico, como aquellos prescritos de manera crónica
  • Lugar en el que se habita
  • Tipo de parto (cesárea o parto vaginal), momento del parto (a término o parto prematuro) y tipo de lactancia (leche materna o leche de fórmula)
  • Genetica y sistema inmunitario tanto del huesped como de la gestante (mayoritariamente).
  • Edad del huesped
  • Estrés y cambios repentinos en su estilo de vida
  • Sexo y influencia de las hormonas

Mantener la microbiota en equilibrio

  • Mantener una dieta equilibrada y saludable, que incluya alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y granos enteros, que fomentan el crecimiento de bacterias beneficiosas. Los alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir y el chucrut, también pueden proporcionar probióticos beneficiosos. Complementarla con ejercicio físico regular y adaptado a las condiciones físicas de cada uno/a
  • Tomar probióticos. Definidos como «microorganismos vivo que, tomados en las cantidades adecuadas, promueven beneficios para la salud del huésped»., algunos ejemplos como Lactobacillus y Bifidobacterium, pueden ayudar a restablecer el equilibrio intestinal.
  • Movimiento, práctica de ejercicio físico con regularidad. La actividad física moderada y constante, no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también puede mejorar la salud digestiva y la composición de la microbiota.
  • Fomentar prácticas saludables con tu salud mental y estado de ánimo. El estrés crónico puede afectar negativamente la microbiota intestinal. Prueba con técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga y la respiración profunda.
  • No tomar antibióticos sin receta médica y solo cuando sea estrictamente necesario. Es imprescindible acudir siempre al médico/a de cabecera antes de tomar un antibiótico por cuenta ajena. Los antibióticos son medicamentos sujetos a prescripción médica y siempre requieren de consejo profesional.
  • Mantenerse hidratado/a. Beber suficiente agua es esencial para mantener la salud intestinal y poder disfrutar de bienestar.

En conclusión, la microbiota intestinal es fundamental para nuestra salud y bienestar general. Mantener un equilibrio saludable en la microbiota puede prevenir y aliviar numerosos problemas digestivos y contribuir a una mejor salud general. Con un enfoque integral que incluya una dieta adecuada, ejercicio, manejo del estrés y el uso prudente de probióticos, puedes apoyar tu microbiota y disfrutar de una vida más saludable.

FUENTES

Directrices mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología. Probióticos y prebióticos. (2023)

Vega Sombría, S. (2019). MICROBIOTA INTESTINAL: EL ÓRGANO OLVIDADO. Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Recuperado de https://afcv.es/public/Attachment/2020/1/2-12-19DiscursoSantiagoVegaweb.pdf