En un mundo donde la agricultura enfrenta desafíos sin precedentes, la bioestimulación emerge como una solución prometedora. Estas sustancias, poco conocidas pero poderosas, están cambiando la forma en que cultivamos y ofrecen esperanza para un futuro agrícola más sostenible.
La agricultura moderna se enfrenta a una serie de desafíos que amenazan su sostenibilidad a largo plazo. La creciente demanda de alimentos por el crecimiento de la población mundial, junto con los efectos del cambio climático, presiona mucho los sistemas agrícolas. Además, el uso excesivo de agroquímicos y fertilizantes químicos ha provocado daños significativos en los ecosistemas y la salud del suelo. En este contexto, la búsqueda de soluciones innovadoras es más urgente que nunca.
¿Qué es la bioestimulación?
La primera vez que se definió el término bioestimulante, fue en 1997 en una revista dedicada a los profesionales del mantenimiento del césped. Allí se dio especial importancia a que solo se necesitaban cantidades diminutas para promover el crecimiento de las plantas. Los autores pretendían diferenciar los bioestimulantes de los nutricionales o enmiendas de suelo, los cuales se aplican en grandes cantidades.
Posteriormente, en 2015, el doctor Patrick du Jardin, propuso una nueva definición, que a día de hoy es la que sigue vigente por considerarse la más aceptada y distribuida a nivel internacional. En ella define el concepto Bioestimulante como sustancias/moléculas naturales o sintéticas que aplicadas solas o en mezcla sobre las plantas, semillas o raíces actúan sobre la fisiología de la planta de diferentes formas y por diferentes vías para mejorar el vigor del cultivo, el rendimiento y calidad de cosecha, mejorando la disponibilidad de nutrientes, optimizando su absorción, o incrementando la tolerancia al estrés abiótico, sin importar su contenido nutricional (Du Jardin, P. el al. 2015).
Estas sustancias pueden derivarse de fuentes naturales o sintetizarse químicamente, y su aplicación se puede hacer de forma foliar, radicular o incluso mediante tratamientos de semillas.
Los bioestimulantes complementan a los fertilizantes, el uso de uno de ellos no sustituye al otro. El fertilizante proporciona nutrientes y/o mejora la eficiencia nutricional, mientras que los bioestimulantes estimulan los procesos de nutrición de las plantas con el objetivo de mejorar una o varias características de la planta y su rizosfera.
Diversidad de bioestimulantes
La gama de bioestimulantes disponibles en el mercado es amplia y diversa. Desde aminoácidos y péptidos hasta extractos de algas y microorganismos como hongos y bacterias PGPR, estos productos ofrecen una amplia variedad de beneficios para los cultivos. Por ejemplo, los aminoácidos pueden mejorar la absorción de nutrientes y la fotosíntesis, mientras que los extractos de algas pueden estimular el crecimiento radicular y aumentar la resistencia a enfermedades. Los microorganismos, por su parte, pueden establecer simbiosis beneficiosas con las plantas, mejorando su salud y productividad.
¿Cómo impacta la bioestimulación en la agricultura del futuro?
Los bioestimulantes están allanando el camino hacia una agricultura más sostenible y eficiente. Al reducir la dependencia de agroquímicos y fertilizantes químicos, estos productos ayudan a mitigar los impactos negativos en el medio ambiente y la salud humana. Además, al promover un enfoque holístico de la sanidad vegetal, contribuyen al equilibrio y la eficiencia en el uso de recursos agrícolas. Esto es especialmente importante en un contexto de cambio climático, donde las condiciones ambientales pueden volverse cada vez más impredecibles y adversas.
Los bioestimulantes representan una oportunidad única para transformar la agricultura. Al ofrecer soluciones innovadoras a los desafíos actuales, estos productos están revolucionando la forma en que cultivamos nuestros alimentos. Es hora de adoptar esta nueva visión y trabajar juntos hacia un futuro agrícola más sostenible y próspero. En Lainco, nos comprometemos a ser parte de esta revolución verde, impulsando el uso responsable y efectivo de los bioestimulantes para el beneficio de los agricultores y del planeta.