El estreñimiento consiste en la situación en que una persona presenta menos de tres deposiciones a la semana, con heces duras y secas, de evacuación difícil que puede llegar a ser incluso dolorosa. Esta situación también puede ir acompañada de una sensación de evacuación incompleta, hinchazón, malestar y molestias abdominales.
Según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo, afecta a entre un 12 y 20% de la población española, siendo más frecuente en mujeres y en personas de edad avanzada.
¿Qué puede causarme estreñimiento?
Un buen punto de partida será diferenciar los dos tipos de estreñimiento que se pueden padecer:
- Estreñimiento agudo u ocasional: aquel que se presenta puntualmente y que puede ser debido a múltiples causas transitorias (cambios en la alimentación o en la rutina, viajes, tratamientos farmacológicos puntuales, etc.).
- Estreñimiento crónico: aquel estreñimiento que dura más de 3 meses y puede deberse a múltiples causas. Asimismo, puede clasificarse en:
- Funcional o primario: debido a alteraciones funcionales a nivel intestinal.
- Secundario: deriva de otras enfermedades metabólicas o neurológicas o bien es consecuencia del efecto secundario de otros fármacos que el paciente toma y que pueden causarle estreñimiento.
Por lo tanto, las causas más frecuentes de estreñimiento son las siguientes:
- Estilo de vida sedentario.
- Alimentación con bajo contenido en fibra, causando un volumen de heces insuficiente.
- Situaciones emocionales como estrés: El estrés puede afectar de múltiples maneras a nuestro organismo, incluso provocando estreñimiento y desajustes en nuestro tránsito intestinal.
- Rutina cambiante o viajes (conocido como el estreñimiento del viajero).
- Embarazo. Como consecuencia de cambios hormonales, cambios en el estilo de vida (más sedentarismo, cambio de dieta, etc.) o bien por la presión que ejerce el útero al intestino en el tercer trimestre pueden provocar alteraciones en el tránsito intestinal.
- Enfermedades secundarias a nivel intestinal, metabólico o neurológico.
- Tratamientos farmacológicos de corta o larga duración.
¿Cómo puedo prevenir/evitar el estreñimiento?
En primer lugar, debes saber que tener un estilo de vida saludable resulta fundamental para evitar o prevenir el estreñimiento.
- Come variado, introduce alimentos ricos en fibra. Una dieta rica en fibra puede ayudar a mantener el ritmo normal de tu tránsito intestinal. Además, aumenta el tamaño de las heces y les cambia la consistencia haciéndolas más blandas, facilitando así su evacuación.
- Hidrátate bien bebiendo suficiente agua
- ¡Muévete! Procura realizar actividad física a diario. No hace falta hacer grandes esfuerzos, caminar cuenta, y si puede ser a ritmo ligero, ¡mejor!
- Procura establecer horarios para ir al baño, especialmente, después de una comida. Puede ser que parte del estreñimiento sea culpa nuestra por no dedicarle suficiente tiempo a ir al baño… Es cierto que no siempre se puede planificar un momento concreto para ir al baño, pero si intentas acostumbrar a tu cuerpo a hacerlo en momentos específicos (por la mañana, antes de acostarse), puede que poco a poco, vaya ajustándose a cumplir esos horarios.
Si estas medidas higiénico-dietéticas resultan insuficientes, será momento de recurrir a un profesional sanitario (farmacéuticx/médicx) y pedir consejo profesional. Ellxs podrán aconsejarte sobre si hay que recurrir a un tratamiento farmacológico (laxantes orales o rectales) y te informarán de cómo hacerlo.