Cómo elegir el probiótico adecuado: factores a considerar


Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, ofrecen beneficios para la salud del huésped.

Estos microorganismos, principalmente bacterias, se identifican según su género, especie, subespecie (si corresponde) y una clasificación alfanumérica correspondiente a la cepa, cada una con propiedades únicas.

Ejemplo de nomenclatura

La identificación precisa de las cepas probióticas es crucial para asegurar que se utilicen las más eficaces y especificas en términos de salud.

  1. ¿Cómo actúan los probióticos?
  2. ¿Cuál es el mejor probiótico para mi?
¿Cómo actúan los probióticos?

Los probióticos ejercen su acción principal aumentando el número de bacterias beneficiosas en la microbiota, disminuyendo la población de microorganismos potencialmente patógenos. Algunos de los mecanismos que realizan para lograr esto incluyen:

  • Digestión del alimento y competencia con los patógenos por los nutrientes
  • Modificación del pH local para crear un ambiente local desfavorable para los patógenos
  • Producción de bacteriocinas que inhiben el crecimiento de los patógenos
  • Inducción de tolerancia a antígenos alimentarios
  • Mejora de la función de la barrera intestinal
  • Competencia por la adherencia de los patógenos

¿Cuál es el mejor probiótico para mi?

Estos son algunos factores que puedes considerar para elegir el mejor producto para ti:

  1. Determinar tus objetivos de salud específicos: Es fundamental definir el propósito por el cual buscas un probiótico, ya que diferentes cepas ofrecen distintos beneficios. Entre las aplicaciones más comunes se incluyen:
    • Prevención y tratamiento de diarrea aguda: Estudios han demostrado que el uso de ciertas cepas probióticas puede reducir la duración de los episodios diarreicos gracias a la producción de ácido láctico en el intestino grueso por parte de estas, modificando así el pH a niveles restrictivos para el crecimiento de microorganismos patógenos.
    • Diarrea asociada a antibióticos: Este efecto adverso puede afectar a 1 de cada 5 personas durante o después del tratamiento con antibióticos. Ciertas combinaciones de cepas (o de especies), contribuyen al equilibrio y repoblación de la microbiota intestinal tras el tratamiento con antibióticos, disminuyendo a su vez la incidencia de diarrea bajo tratamiento con antibióticos.
    • Estreñimiento: Ciertas cepas probióticas pueden favorecer el tránsito intestinal y aliviar el estreñimiento al mejorar el equilibrio de la microbiota y aumentar la regularidad intestinal.
  2. Identificar género, especie y cepa: Una vez determinado el objetivo por el cual el producto podría ser de ayuda, es importante identificar qué probiótico tiene los beneficios clínicos que buscamos, ya que cada cepa probiótica tiene propiedades únicas, con efectos específicos en el sistema digestivo, inmunológico e incluso neurológico. Es importante asegurarse de que el producto que se elija mencione claramente en su etiqueta el género, especie y cepa, siguiendo la nomenclatura científica adecuada.
  3. Verificar la cantidad de organismos vivos (UFC): Las Unidades Formadoras de Colonias (UFC) indican la cantidad de bacterias viables presentes en el probiótico al final de su vida útil. Para obtener beneficios clínicos comprobados, se recomienda una dosis mínima de 1.000 millones de UFC (109 UFC) por día.
  4. Estabilidad y viabilidad del probiótico: La eficacia de un probiótico no solo depende de la cepa y la dosis, sino también de su capacidad para sobrevivir a las condiciones del tracto gastrointestinal, particularmente la acidez estomacal. Algunos productos utilizan cápsulas gastroresistentes para garantizar que las bacterias lleguen intactas al intestino. Es esencial seguir las instrucciones de almacenamiento del producto para mantener la viabilidad de los microorganismos.
  5. Revisar los ingredientes adicionales y compatibilidad dietética: Antes de adquirir un probiótico, revisa su lista de ingredientes para asegurarte de que no contenga alérgenos u otros componentes que puedan interferir con tu dieta o restricciones alimentarias. Por ejemplo, algunos productos pueden contener gluten, lactosa o soja, lo que puede ser problemático para personas con intolerancias o alergias.

Seleccionar el probiótico adecuado requiere una evaluación cuidadosa de tus objetivos de salud, la dosis correcta de microorganismos vivos (UFC), la calidad y estabilidad del producto, y su compatibilidad con tu dieta y condición médica. Consultar con unxmedicx o farmacéuticx te ayudará a tomar una decisión informada, asegurando que el probiótico elegido sea el más beneficioso para ti. Al incorporar el probiótico adecuado en tu rutina diaria, puedes mejorar tanto tu salud digestiva como tu bienestar general de manera significativa.

Fuentes

World Gastroenterology Organisation. (2017). Guías de práctica clínica sobre probióticos y prebióticos. Recuperado de https://www.worldgastroenterology.org/UserFiles/file/guidelines/probiotics-and-prebiotics-spanish-2017.pdf

Sociedad Española de Medicina Interna. (2024). Anales de microbiota, probióticos y prebióticos. Recuperado de https://semipyp.es/wp-content/uploads/2024/02/AMPP-5-1.pdf